LA ANSIEDAD SOCIAL ES UN TRASTORNO COMÚN Y TRATABLE

La ansiedad social, también conocida como fobia social, es un trastorno mental caracterizado por un miedo intenso y persistente a situaciones sociales o de rendimiento en las cuales la persona teme ser juzgada, humillada o avergonzada por otros. “Incluso hasta tener el temor de que ellos son los que están ofendiendo”, explicó la doctora Sonia Zevallos, médica siquiatra docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en el programa Cayetanamente en Cayetano+, que conduce la doctora Dany Araujo.

Aunque “siempre hay un temor que es natural cuando nos exponemos a situaciones que de alguna manera podríamos considerar amenazadoras”, pero en el caso de la ansiedad social se manifiesta como un miedo excesivo que puede llegar a bloquear a la persona en sus actividades diarias, donde la interacción social es esencial.

Este trastorno puede manifestarse en diversas situaciones sociales, como hablar en público, interactuar con personas desconocidas, participar en reuniones o realizar tareas cotidianas en presencia de otros individuos.

La doctora Zevallos explicó que los factores que pueden contribuir a la ansiedad social incluyen experiencias traumáticas en la infancia, características personales como un temperamento ansioso y componentes hereditarios. Además, “situaciones en las cuales el niño se ha sentido humillado, ofendido o haya sido atemorizado en exceso”. También están “las características propias de la persona, quizás tiene un temperamento más ansioso, puede tener temores con más facilidad y algunos componentes hereditarios”.

Las causas de la ansiedad social pueden ser complejas y pueden estar relacionadas con factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales. Factores como experiencias negativas o traumáticas en el pasado, como el acoso, la humillación pública o la vergüenza, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar ansiedad social. Así como un entorno familiar o social que fomente la sobreprotección, la crítica constante o la falta de apoyo emocional puede contribuir al desarrollo de la ansiedad social. Las percepciones negativas sobre uno mismo, como la creencia de que se es inadecuado, poco atractivo o incapaz.

Para abordar esta situación, la doctora Zevallos subraya la importancia de evaluar  el grado de afectación en la funcionalidad de la persona. Si la ansiedad social está afectando negativamente el rendimiento, la autoestima o podría llevar a la depresión, es crucial buscar ayuda. El tratamiento es generalmente psicoterapéutico, aunque en algunos casos la medicación puede ser beneficiosa.

Es importante destacar que estos trastornos de ansiedad social a menudo se presentan en edades tempranas, lo que puede afectar la participación en actividades grupales y, en casos extremos, llevar a la retirada de personas valiosas. “De repente lo que sucede es que no están interactuando adecuadamente, se quedan con el temor de preguntar”.

El tratamiento no se limita a cambiar la conducta, sino también a abordar las creencias y patrones de pensamiento negativos asociados con la ansiedad social.

“Cuando conseguimos encontrar el porqué de esas creencias, podemos comenzar a tratarlas, trabajar sobre ellas y eso hará que todas esas conductas vayan mejorando. Que también se trabaje la autoestima, en la confianza, en todos esos atributos y va mejorando, y consiguiendo superarse y eso hará que sea mucho más productiva, feliz en su vida, disfrutar de sus interacciones, integrarse a grupos”.

Es fundamental recordar que la ansiedad social es un trastorno común y tratable. Si alguien experimenta estos síntomas se recomienda buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra, que pueda proporcionar el apoyo y las estrategias necesarias para manejar este trastorno de manera efectiva.