LA IMPORTANCIA DE OBSERVAR CAMBIOS SOSPECHOSOS EN LOS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN DE LOS HIJOS

Revive aquí el programa “Cayetanamente”.

Los trastornos alimentarios son condiciones de salud mental que afectan la relación de una persona con la comida y su cuerpo. Esta distorsión que se tiene por la imagen corporal puede tener graves repercusiones físicas, emocionales y sociales en la persona que padece este desorden. En el programa “Cayetanamente” la psicóloga Diana Pacheco brindó sus puntos de vista sobre este tema en conversación con la conductora, doctora Dany Araujo.

Diana Pacheco Ponce, psicóloga coordinadora del centro Gaba (Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia) y docente de Cayetano Heredia, trata a pacientes con desórdenes alimentarios, definiendo como los más frecuentes a la “anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa”.

En el caso de la anorexia nerviosa, las personas se obsesionan por bajar de peso, pero si no les resulta suficiente, entonces se someten a dietas extremas, llegando a dejar de alimentarse y haciendo mucha actividad física, e ingiriendo agua en abundancia.

Por otro lado, cuando “estás dietas no se pueden sostener por un largo periodo, entonces proceden con la ingesta voraz de alimentos en cortos periodos de tiempo y aquí las personas, después de darse atracones, optan por vomitar o usar laxantes diuréticos o enemas. Aquí nos referimos a la bulimia nerviosa de tipo purgativo”, explicó la especialista.

Las personas con bulimia a menudo tienen una preocupación excesiva por su peso y forma corporal, y pueden experimentar sentimientos de vergüenza y culpa después de los atracones.

Pacheco indica que actualmente los casos de patología alimentaria han aumentado y el rango de edades para iniciar esos síntomas también ha crecido. Cada vez hay gente más jóvenes asociados a esta enfermedad.

Existen factores que agravan ese panorama, “uno de ellos que podemos tomar en cuenta es que los chicos están muy expuestos a la tecnología mirando a otras personas que tienen el cuerpo delgado, que hacen dieta o incluso están fomentando en redes sociales, a copiarlos” en el hábito de casi no comer o reducir al mínimo la alimentación.

Sostiene que es preocupante la presencia de personajes negativos que en las redes sociales organizan foros e incentivan a otras personas a participar de concursos de hacer dietas y perder peso.

Cómo intervenir en estos casos

Es importante hablar con la familia y tener en cuenta que hoy existe un factor ambiental, una caja de resonancia para los temas de dietas asociadas a la figura corporal ideal. Incluso se ha vuelto una competencia entre adolescentes y jóvenes para bajar de peso. Por lo tanto, para intervenir y brindar ayuda profesional a las  personas con trastornos alimentarios, es necesario conversar con la familia.

“Muchas veces el paciente no quiere hacer un tratamiento, no tiene intención de curarse. Hay que intervenir con los padres para que ellos puedan detectar tempranamente y sobre todo hagan la búsqueda de algún lugar adecuado, especializado para hacer el tratamiento”, recomendó.

También es necesario trabajar en el entorno de los colegios para detectar comportamientos extraños, ya que hay estudiantes que “evaden el horario de comer, regalan los alimentos, los desechan, y algunos comen y después van a los baños a vomitar. Es así como se detecta en el entorno del colegio estos primeros síntomas”.

Es necesario hacer recorridos en los colegios para brindar charlas a los padres de familia, docentes y alumnos sobre el trastorno alimentario y también de otros tópicos, como una medida preventiva para mantenerlos informados.

Asimismo, es muy importante trabajar desde el hogar en un clima de confianza donde se fomente la autoestima de los hijos y se les brinde un  espacio para poder valorar la salud, hacer sobremesa y entender que en los espacios familiares a la hora de comer no es apropiado reclamar, llamar la atención o hacer notar las cosas que los hijos no hicieron. “Por el contrario es importante tener ese espacio para tener calidad de tiempo donde podemos  disfrutar en familia”, añadió.

Como especialista en este tipo de patología, se debe abordar el caso de forma integral con un grupo de profesionales especializados de psicología, psiquiatría y el área clínica para conseguir “que el paciente reconozca la dificultad que padece, tome conciencia de la enfermedad hablando con otros compañeros que ya han avanzado en su recuperación y que pueden darle su testimonio”.

Además, se puede trabajar en colaboración con grupos de padres donde aquellos que ya han avanzado en el tratamiento puedan transmitir lo aprendido para ayudar a sus pares nuevos, recién integrados.

Problemas que genera este trastorno

La problemática de los trastornos alimentarios es multifacética. Estos trastornos pueden tener graves consecuencias físicas, como desequilibrios electrolíticos, desnutrición, problemas cardíacos, daño en los órganos y, en casos extremos, pueden ser mortales. También afectan la salud mental de las personas, ya que están asociados con depresión, ansiedad, baja autoestima, aislamiento social y pensamientos suicidas. A modo de reflexión, Pacheco sostiene que la sociedad y los medios de comunicación desempeñan un papel importante en la problemática de los trastornos alimentarios. Los ideales de belleza poco realistas promovidos por los medios de comunicación pueden contribuir a la presión social y a la insatisfacción corporal, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios en algunas personas vulnerables.